domingo, 26 de julio de 2009

EVANGELIO domingo 26 Julio 2009



Decimoseptimo Domingo del Tiempo Ordinario



San Joaquín



Leer el comentario del Evangelio por San Hilario : «Este sí que es el gran Profeta que tenía que venir al mundo»



Lecturas



Reyes 2 4,42-44. Llegó un hombre de Baal Salisá, trayendo al hombre de Dios pan de los primeros frutos: veinte panes de cebada y grano recién cortado, en una alforja. Eliseo dijo: "Dáselo a la gente para que coman". Pero su servidor respondió: "¿Cómo voy a servir esto a cien personas?". "Dáselo a la gente para que coman, replicó él, porque así habla el Señor: Comerán y sobrará". El servidor se lo sirvió: todos comieron y sobró, conforme a la palabra del Señor.



Salmo 145(144),10-11.15-16.17-18. Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder. Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das la comida a su tiempo; abres tu mano y colmas de favores a todos los vivientes. El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones; está cerca de aquellos que lo invocan, de aquellos que lo invocan de verdad.



San Pablo a los Efesios 4,1-6. Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido. Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor. Traten de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos.



Juan 6,1-15. Después de esto, Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?". El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan". Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?". Jesús le respondió: "Háganlos sentar". Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada". Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: "Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo". Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por



San Hilario (hacia 315-367), obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia Comentario al evangelio de Mateo, 14, 11; PL 9, 999



«Este sí que es el gran Profeta que tenía que venir al mundo»



Los discípulos dicen que tan sólo tienen cinco panes y dos peces. Los cinco panes significan que todavía estaban sometidos a los cinco libros de la Ley, y los dos peces que estaban alimentados por las enseñanzas de los profetas y de Juan Bautista... Esto es lo que los apóstoles tenían que ofrecer en primer lugar, puesto que todavía se encontraban en esta situación; y es de ahí que partió la predicación del Evangelio... El Señor había tomado los panes y los peces. Levantó los ojos al cielo, dijo la bendición y los partió. Dio gracias al Padre por ser cambiada después de siglos de estar bajo la Ley y los profetas, en alimento de la Buena Noticia... Los panes se dieron también a los apóstoles: es a través de ellos que los dones de la gracia divina debían repartirse. Seguidamente la gente se alimentó de los cinco panes y los dos peces y, una vez saciados los invitados, los trozos de pan y de pescado eran tan abundantes que se llenaron doce canastas. Esto quiere decir que la multitud se sació con la palabra de Dios que viene de la enseñanza de la Ley y los profetas. Es la abundancia del poder divino reservada para los pueblos paganos, que desborda después del servicio del alimento eterno. Así realiza una plenitud, la del número doce que es la misma que el número de apóstoles. Luego vemos que el número de los que comieron es el mismo que el de los futuros creyentes: cinco mil hombres (Mt 14,21; Hch 4,4).




Los motivos por los cuales ponemos el EVANGELIO aquí son:

1.- Para que recuerdes que Dios te espera el domingo en misa.

2.- Para la gente que no puede ir a misa por enfermedad o causas de fuerza mayor.

3- Si lees el EVANGELIO cuando vayas a misa lo entenderás mejor, pues ya lo habrás leído por segunda ocasión.

4.- Si vas a misa y después lees el EVANGELIO aquí, recordaras lo que dijo el Padre.

5.- POR NINGUN MOTIVO ESTAS EXCENTO DE IR A MISA, SOLO POR CAUSAS DE FUERZA MAYOR O ENFERMEDAD FUERTE.

0 comentarios:

Publicar un comentario