domingo, 6 de diciembre de 2009

EVANGELIO domingo 06 Diciembre 2009



Segundo Domingo de Adviento


San Nicolás


Leer el comentario del Evangelio por San Cirilo de Alejandría : «Preparad el camino del Señor»


Lecturas


Baruc 5,1-9. Quítate tu ropa de duelo y de aflicción, Jerusalén, vístete para siempre con el esplendor de la gloria de Dios, cúbrete con el manto de la justicia de Dios, coloca sobre tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu resplandor a todo lo que existe bajo el cielo. Porque recibirás de Dios para siempre este nombre: "Paz en la justicia" y "Gloria en la piedad". Levántate, Jerusalén, sube a lo alto y dirige tu mirada hacia el Oriente: mira a tus hijos reunidos desde el oriente al occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo, porque Dios se acordó de ellos. Ellos salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve, traídos gloriosamente como en un trono real. Porque Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas y las colinas seculares, y que se rellenen los valles hasta nivelar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. También los bosques y todas las plantas aromáticas darán sombra a Israel por orden de Dios, porque Dios conducirá a Israel en la alegría, a la luz de su gloria, acompañándolo con su misericordia y su justicia.


Salmo 126(125),1-2.3.147(146),4-5.126,6. Canto de peregrinación. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos: nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. Hasta los mismos paganos decían: "¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!". ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría! El cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre: nuestro Señor es grande y poderoso, su inteligencia no tiene medida. El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas.


Pablo a los Filipenses 1,4-6.8-11. Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora. Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús. Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo, llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.


Lucas 3,1-6. El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: Una voz grita en desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos.


Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.


Leer el comentario del Evangelio por


San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia Sobre Isaías, III, 3


«Preparad el camino del Señor»


«¡El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerán como flor de narciso!» (Is 35,1). Esa que la Escritura inspirada llama, generalmente, desierta y estéril, es la Iglesia venida del paganismo. Existía antaño, entre los pueblos, pero no había recibido del cielo a su Esposo místico, quiero decir a Cristo... Mas, Cristo vino a ella: su fe le cautivó y la enriqueció con el agua divina que fluye de él; fluye porque él es «fuente de vida, torrente de delicias» (Sl 35,10.9)... Desde entonces, por su presencia, la Iglesia ha dejado de ser estéril y desierta; ha encontrado a su Esposo, y ha dado al mundo innumerables hijos, se ha cubierto de flores místicas... Isaías continúa: «Lo cruzará una calzada pura que llamarán Vía Sacra» (v.8). La calzada pura es la fuerza del Evangelio penetrando la vida o, dicho con otras palabras, es la purificación del Espíritu. Porque el Espíritu borra la mancha impresa en el alma humana, la libera del pecado y la hace superar toda suciedad. Esta calzada es llamada, con razón, santa y pura; es inaccesible a cualquiera que no esté purificado. En efecto, nadie puede vivir según el Evangelio si primeramente no ha sido purificado por el santo bautismo; nadie, pues, puede llegar a él sin la fe... Sólo los que han sido liberados de la tiranía del demonio podrán llevar la vida gloriosa que el profeta da a entender con estas imágenes: «No habrá allí leones, ni se acercarán las bestias feroces» (v.9), allí, en esta calzada pura. En efecto, antaño, el diablo, este inventor del pecado, como bestia feroz atacaba, con los espíritus malos, a los habitantes de la tierra. Pero fue reducido a la nada por Cristo, echado lejos del rebaño de creyentes, despojado de la dominación que sobre ellos ejercía. Por eso, rescatados por Cristo y unidos en la fe, caminarán con un solo corazón sobre esta calzada pura (v.9). Abandonando sus antiguos caminos «volverán para llegar a Sión», es decir, a la Iglesia, «con gozo y alegría sin fin» (v.10) tanto sobre la tierra, como en los cielos, y darán gloria a Dios, su Salvador.



Los motivos por los cuales ponemos el EVANGELIO aquí son:

1.- Para que recuerdes que Dios te espera el domingo en misa.

2.- Para la gente que no puede ir a misa por enfermedad o causas de fuerza mayor.

3- Si lees el EVANGELIO cuando vayas a misa lo entenderás mejor, pues ya lo habrás leído por segunda ocasión.

4.- Si vas a misa y después lees el EVANGELIO aquí, recordaras lo que dijo el Padre.

5.- POR NINGUN MOTIVO ESTAS EXCENTO DE IR A MISA, SOLO POR CAUSAS DE FUERZA MAYOR O ENFERMEDAD FUERTE.

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