domingo, 10 de enero de 2010

EVANGELIO domingo 10 Enero 2010

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El EVANGELIO lo podrás encontrar Aquí:


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domingo, 20 de diciembre de 2009

EVANGELIO domingo 20 Diciembre 2009

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Cuarto Domingo de Adviento

San Domingo de Silos, San Urcisino, Los Profetas: Habacuc y Sofonías


Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo : «El niño ha saltado de gozo dentro de mí»


Lecturas


Miqueas 5,1-4.
Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá
el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un
tiempo inmemorial.
Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a luz la que
debe ser madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto a los
israelitas.
El se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del Señor, con la
majestad del nombre del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque
él será grande hasta los confines de la tierra.
¡Y él mismo será la paz! Si Asiria invade nuestro país y pisa nuestros
palacios, le opondremos siete pastores y ocho príncipes del pueblo:


Salmo 80(79),2-3.15-16.18-19.
Escucha, Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño; tú que
tienes el trono sobre los querubines,
resplandece ante Efraím, Benjamín y Manasés; reafirma tu poder y ven a
salvarnos.
Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a
visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano, el retoño que tú hiciste vigoroso.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha, al hombre que tú
fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.


Hebreos 10,5-10.
Por eso, Cristo, al entrar en el mundo, dijo: Tú no has querido sacrificio
ni oblación; en cambio, me has dado un cuerpo.
No has mirado con agrado los holocaustos ni los sacrificios expiatorios.
Entonces dije: Aquí estoy, yo vengo -como está escrito de mí en el libro de
la Ley- para hacer, Dios, tu voluntad.
El comienza diciendo: Tú no has querido ni has mirado con agrado los
sacrificios, los holocaustos, ni los sacrificios expiatorios, a pesar de
que están prescritos por la Ley.
Y luego añade: Aquí estoy, yo vengo para hacer tu voluntad. Así declara
abolido el primer régimen para establecer el segundo.
Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados pro la oblación del
cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre.


Lucas 1,39-45.
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña
de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e
Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de
parte del Señor".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.


Leer el comentario del Evangelio por


San Juan Crisóstomo (hacia 345-407) presbítero en Antioquia, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilía atribuída


«El niño ha saltado de gozo dentro de mí»


¡Qué misterio nuevo y admirable! Juan no ha nacido todavía y ya habla
por sus estremecimientos; no es visto todavía y ya advierte; no puede
todavía gritar y ya se hace entender a través de sus actos; aún no ha
comenzado su vida y ya predica a Dios; aún no ha visto la luz y ya señala
al sol; todavía no ha nacido y ya se apresura a hacer de precursor. El
Señor está allí: no puede aguantar, no soporta tener que esperar los
límites fijados por la naturaleza, y se esfuerza para romper los límites
del seno materno y busca por otros medios dar a conocer la venida del
Salvador. «Ha llegado, dice, el que rompe las ataduras. Y yo que sigo
encadenado, ¿he de seguir permaneciendo aquí? El Verbo viene para
restablecer y yo, ¿he de seguir cautivo? Saldré, correré delante de él y a
todos proclamaré: Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo.» (Jn 1,29) Dinos, Juan, retenido todavía en la
oscuridad del seno de tu madre ¿cómo ves y cómo oies? ¿Cómo contemplas las
cosas divinas? ¿Cómo puedes estremecerte y exultar? «Es grande, dice, el
misterio que se está realizando, es un acto que escapa a la comprensión del
hombre. Con derecho, y a causa del que ha de innovar el orden sobrenatural,
yo innuevo el orden natural. Veo, incluso antes de nacer, porque veo en
gestación al Sol de justicia (Ml 3,20). Percibo por el oído, porque al
venir al mundo soy la voz que precede al gran Verbo. Grito, porque
contemplo, revestido de su carne, al Hijo único del Padre. Exulto, porque
veo al Creador del universo recibir forma humana. Salto, porque pienso que
el Redentor del mundo ha tomado un cuerpo. Soy el precursor de su venida y
me adelanto a vuestro testimonio.






Los motivos por los cuales ponemos el EVANGELIO aquí son:


1.- Para que recuerdes que Dios te espera el domingo en misa.


2.- Para la gente que no puede ir a misa por enfermedad o causas de fuerza mayor.


3- Si lees el EVANGELIO cuando vayas a misa lo entenderás mejor, pues ya lo habrás leído por segunda ocasión.


4.- Si vas a misa y después lees el EVANGELIO aquí, recordaras lo que dijo el Padre.


5.- POR NINGUN MOTIVO ESTAS EXCENTO DE IR A MISA, SOLO POR CAUSAS DE FUERZA MAYOR O ENFERMEDAD FUERTE.



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domingo, 6 de diciembre de 2009

EVANGELIO domingo 06 Diciembre 2009

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Segundo Domingo de Adviento


San Nicolás


Leer el comentario del Evangelio por San Cirilo de Alejandría : «Preparad el camino del Señor»


Lecturas


Baruc 5,1-9. Quítate tu ropa de duelo y de aflicción, Jerusalén, vístete para siempre con el esplendor de la gloria de Dios, cúbrete con el manto de la justicia de Dios, coloca sobre tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu resplandor a todo lo que existe bajo el cielo. Porque recibirás de Dios para siempre este nombre: "Paz en la justicia" y "Gloria en la piedad". Levántate, Jerusalén, sube a lo alto y dirige tu mirada hacia el Oriente: mira a tus hijos reunidos desde el oriente al occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo, porque Dios se acordó de ellos. Ellos salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve, traídos gloriosamente como en un trono real. Porque Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas y las colinas seculares, y que se rellenen los valles hasta nivelar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. También los bosques y todas las plantas aromáticas darán sombra a Israel por orden de Dios, porque Dios conducirá a Israel en la alegría, a la luz de su gloria, acompañándolo con su misericordia y su justicia.


Salmo 126(125),1-2.3.147(146),4-5.126,6. Canto de peregrinación. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos: nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. Hasta los mismos paganos decían: "¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!". ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría! El cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre: nuestro Señor es grande y poderoso, su inteligencia no tiene medida. El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas.


Pablo a los Filipenses 1,4-6.8-11. Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora. Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús. Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo, llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.


Lucas 3,1-6. El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: Una voz grita en desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos.


Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.


Leer el comentario del Evangelio por


San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia Sobre Isaías, III, 3


«Preparad el camino del Señor»


«¡El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerán como flor de narciso!» (Is 35,1). Esa que la Escritura inspirada llama, generalmente, desierta y estéril, es la Iglesia venida del paganismo. Existía antaño, entre los pueblos, pero no había recibido del cielo a su Esposo místico, quiero decir a Cristo... Mas, Cristo vino a ella: su fe le cautivó y la enriqueció con el agua divina que fluye de él; fluye porque él es «fuente de vida, torrente de delicias» (Sl 35,10.9)... Desde entonces, por su presencia, la Iglesia ha dejado de ser estéril y desierta; ha encontrado a su Esposo, y ha dado al mundo innumerables hijos, se ha cubierto de flores místicas... Isaías continúa: «Lo cruzará una calzada pura que llamarán Vía Sacra» (v.8). La calzada pura es la fuerza del Evangelio penetrando la vida o, dicho con otras palabras, es la purificación del Espíritu. Porque el Espíritu borra la mancha impresa en el alma humana, la libera del pecado y la hace superar toda suciedad. Esta calzada es llamada, con razón, santa y pura; es inaccesible a cualquiera que no esté purificado. En efecto, nadie puede vivir según el Evangelio si primeramente no ha sido purificado por el santo bautismo; nadie, pues, puede llegar a él sin la fe... Sólo los que han sido liberados de la tiranía del demonio podrán llevar la vida gloriosa que el profeta da a entender con estas imágenes: «No habrá allí leones, ni se acercarán las bestias feroces» (v.9), allí, en esta calzada pura. En efecto, antaño, el diablo, este inventor del pecado, como bestia feroz atacaba, con los espíritus malos, a los habitantes de la tierra. Pero fue reducido a la nada por Cristo, echado lejos del rebaño de creyentes, despojado de la dominación que sobre ellos ejercía. Por eso, rescatados por Cristo y unidos en la fe, caminarán con un solo corazón sobre esta calzada pura (v.9). Abandonando sus antiguos caminos «volverán para llegar a Sión», es decir, a la Iglesia, «con gozo y alegría sin fin» (v.10) tanto sobre la tierra, como en los cielos, y darán gloria a Dios, su Salvador.



Los motivos por los cuales ponemos el EVANGELIO aquí son:

1.- Para que recuerdes que Dios te espera el domingo en misa.

2.- Para la gente que no puede ir a misa por enfermedad o causas de fuerza mayor.

3- Si lees el EVANGELIO cuando vayas a misa lo entenderás mejor, pues ya lo habrás leído por segunda ocasión.

4.- Si vas a misa y después lees el EVANGELIO aquí, recordaras lo que dijo el Padre.

5.- POR NINGUN MOTIVO ESTAS EXCENTO DE IR A MISA, SOLO POR CAUSAS DE FUERZA MAYOR O ENFERMEDAD FUERTE.
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domingo, 22 de noviembre de 2009

EVANGELIO domingo 22 Noviembre 2009

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Jesúcristo, Rey del Universo - Solemnidad



Jesucristo, Rey del Universo

Santa Cecilia, Fiesta de Cristo Rey, Jesucristo Rey del Universo



Leer el comentario del Evangelio por

Orígenes : « Venga tu reino » (Mt 6,10)



Lecturas



Daniel 7,13-14. Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.



Salmo 93(92),1-2.5. ¡Reina el Señor, revestido de majestad! El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder. El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás!



Tu trono está firme desde siempre, tú existes desde la eternidad. Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos.



Apoc. 1,5-8. y de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primero que resucitó de entre los muertos, el Rey de los reyes de la tierra. El nos amó y nos purificó de nuestros pecados, por medio de su sangre, e hizo de nosotros un Reino sacerdotal para Dios, su Padre. ¡A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén. El vendrá entre las nubes y todos lo verán, aún aquellos que lo habían traspasado. Por él se golpearán el pecho todas las razas de la tierra. Sí, así será. Amén. Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que vendrá, el Todopoderoso.



Juan 18,33-37. Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: "¿Eres tú el rey de los judíos?". Jesús le respondió: "¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?". Pilato replicó: "¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?". Jesús respondió: "Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí". Pilato le dijo: "¿Entonces tú eres rey?". Jesús respondió: "Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz".



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por



Orígenes (hacia 185-253), presbítero y teólogo La oración, 25; GCS 3, 356



« Venga tu reino » (Mt 6,10)



No pueden coexistir el reino de Dios y el reino del pecado. Por consiguiente, si queremos que Dios reine en nosotros, procuremos que de ningún modo «el pecado siga dominando nuestro cuerpo mortal» antes bien, mortifiquemos «todo lo terreno que hay en nosotros» y fructifiquemos por el Espíritu; de este modo, Dios se paseará por nuestro interior como por un paraíso espiritual y reinará en nosotros él solo con su Cristo, el cual se sentará en nosotros a la derecha de aquella virtud espiritual que deseamos alcanzar: se sentará hasta que todos sus enemigos que hay en nosotros sean puestos «por estrado de sus pies», y sean reducidos a la nada en nosotros todos «los principados, todos los poderes y todas las fuerzas». Todo esto puede realizarse en cada uno de nosotros, y «el último enemigo, la muerte», puede ser reducido a la nada, de modo que Cristo diga también en nosotros: «¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?» Ya desde ahora este nuestro ser «corruptible», debe revestirse de santidad y de «incorrupción», y este nuestro ser, «mortal», debe revestirse de la «inmortalidad» del Padre, después de haber reducido a la nada el poder de la muerte, para que así, reinando Dios sobre nosotros, comencemos ya a disfrutar de los bienes del nuevo nacimiento y de la resurrección. (Referencias bíblicas: : Rm 6,12; Col 3,5; Gn 3,8; Mt 26,64; Ps 110,1; 1Co 15,24.26.55.53)




Los motivos por los cuales ponemos el EVANGELIO aquí son:

1.- Para que recuerdes que Dios te espera el domingo en misa.

2.- Para la gente que no puede ir a misa por enfermedad o causas de fuerza mayor.

3- Si lees el EVANGELIO cuando vayas a misa lo entenderás mejor, pues ya lo habrás leído por segunda ocasión.

4.- Si vas a misa y después lees el EVANGELIO aquí, recordaras lo que dijo el Padre.

5.- POR NINGUN MOTIVO ESTAS EXCENTO DE IR A MISA, SOLO POR CAUSAS DE FUERZA MAYOR O ENFERMEDAD FUERTE.
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domingo, 15 de noviembre de 2009

EVANGELIO domingo 15 Noviembre 2009

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Trigésimotercero Domingo del Tiempo Ordinario


San Alberto Magno


Leer el comentario del Evangelio por Cardenal John Henry Newman : El ejemplo de la higuera


Lecturas


Daniel 12,1-3. En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: todo el que se encuentre inscrito en el Libro.


Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el horror eterno. Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos.


Salmo 16,5.8.9-10.11. El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré. Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás la Muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha.


Hebreos 10,11-14.18. Cada sacerdote se presenta diariamente para cumplir su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que son totalmente ineficaces para quitar el pecado.


Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies.


Y así, mediante una sola oblación, él ha perfeccionado para siempre a los que santifica.


Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna oblación.


Marcos 13,24-32. En ese tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán.


Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria.


Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte.


Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.


Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta.


Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.


Leer el comentario del Evangelio por


Cardenal John Henry Newman (1801.1890), presbítero, fundador de comunidad religiosa, teólogo. «El mundo invisible (La Palabra)PPS, IV, 13


El ejemplo de la higuera


Una sola vez al año, pero, ciertamente una vez, el mundo que vemos, hace estallar sus fuerzas secretas y, en cierta manera, él mismo revela qué es. Entonces, aparecen las hojas, los árboles frutales y las flores se abren, crecen la hierba y el trigo. De repente de percibe un impulso y un estallido de la vida escondida que Dios ha puesto en el mundo material. Pues bien, esto nos sirve como un ejemplo de lo que el mundo es capaz siguiendo el mandato del Señor. Esta tierra... un día estallará en un mundo nuevo de luz y de gloria en la cual veremos a los santos y a los ángeles. Sin la experiencia que se ha tenido de lo que ha sido una primavera precedente, ¿quién podría pensar, quién podría concebir dos o tres meses antes cuando el rostro de la naturaleza parecía muerta, que podía llegar a ser tan espléndida y tan variada?... Lo mismo ocurre con esta primavera eterna que esperan todos los cristianos; llegará aunque se demore. Esperémosla, porque «ciertamente vendrá y no tardará» (Hb 10,37). Por eso decimos cada día: «¡Venga a nosotros tu reino!» Que quiere decir: «Resplandece Señor, tú que te sientas sobre querubines. Restáuranos, que brille tu rostro y nos salve» (cf Sl 79,2-3).



FUENTE: http://www.evangeliodeldia.org/


Los motivos por los cuales ponemos el EVANGELIO aquí son:


1.- Para que recuerdes que Dios te espera el domingo en misa.


2.- Para la gente que no puede ir a misa por enfermedad o causas de fuerza mayor.


3- Si lees el EVANGELIO cuando vayas a misa lo entenderás mejor, pues ya lo habrás leído por segunda ocasión.


4.- Si vas a misa y después lees el EVANGELIO aquí, recordaras lo que dijo el Padre.


5.- POR NINGUN MOTIVO ESTAS EXCENTO DE IR A MISA, SOLO POR CAUSAS DE FUERZA MAYOR O ENFERMEDAD FUERTE.


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domingo, 8 de noviembre de 2009

EVANGELIO domingo 08 Noviembre 2009

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Trigésimosegundo Domingo del Tiempo Ordinario



Los Cuatros Santos Coronados, San Adeodato, Beata Isabel de la Trinidad, Beato Franz Jägerstätter, Beata María Crocifissa, Nuestra Señora de los Treinta y tres



Leer el comentario del Evangelio por San Anselmo : «Ella lo ha dado todo»



Lecturas



1 Reyes 17,10-16. El partió y se fue a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una viuda que estaba juntando leña. La llamó y le dijo: "Por favor, tráeme en un jarro un poco de agua para beber". Mientras ella lo iba a buscar, la llamó y le dijo: "Tráeme también en la mano un pedazo de pan". Pero ella respondió: "¡Por la vida del Señor, tu Dios! No tengo pan cocido, sino sólo un puñado de harina en el tarro y un poco de aceite en el frasco. Apenas recoja un manojo de leña, entraré a preparar un pan para mí y para mi hijo; lo comeremos, y luego moriremos". Elías le dijo: "No temas. Ve a hacer lo que has dicho, pero antes prepárame con eso una pequeña galleta y tráemela; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así habla el Señor, el Dios de Israel: El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo". Ella se fue e hizo lo que le había dicho Elías, y comieron ella, él y su hijo, durante un tiempo. El tarro de harina no se agotó ni se vació el frasco de aceite, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Elías.



Salmo 146,7.8-9.10. hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor protege a los extranjeros y sustenta al huérfano y a la viuda; el Señor ama a los justos y entorpece el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones. ¡Aleluya!



Hebreos 9,24-28. Cristo, en efecto, no entró en un Santuario erigido por manos humanas -simple figura del auténtico Santuario- sino en el cielo, para presentarse delante de Dios en favor nuestro. Y no entró para ofrecerse así mismo muchas veces, como lo hace el Sumo Sacerdote que penetra cada año en el Santuario con una sangre que no es la suya. Porque en ese caso, hubiera tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. En cambio, ahora él se ha manifestado una sola vez, en la consumación de los tiempos, para abolir el pecado por medio de su Sacrificio. Y así como el destino de los hombres es morir una sola vez, después de lo cual viene el Juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan.



Marcos 12,38-44. Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad". Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir".



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por



San Anselmo (1033-1109), monje, obispo, doctor de la Iglesia Carta 112 a Hugo, el recluso



«Ella lo ha dado todo»



En el Reino de los cielos, todos juntos, y como un solo hombre, serán un solo rey con Dios, porque todos querrán una única cosa y se cumplirá su voluntad. Este es el bien que, desde lo alto del cielo, Dios declara poner a la venta. Si alguien se pregunta a qué precio, la respuesta es la siguiente: no tiene necesidad de moneda terrestre el que ofrece un Reino en el cielo. Nadie puede dar a Dios lo que ya le pertenece, puesto que es suyo todo lo que existe. Y sin embargo, Dios no da a nadie una cosa tan grande sin que se ponga algún precio por ella: no da nada al que no aprecia lo que da. En efecto, nadie da lo que ama al que no pone precio a lo que se da. Entonces, si Dios no tiene necesidad de tus bienes, tampoco te dará una cosa tan grande si tú menosprecias amarle: no pide más que amor, y sin él nada le obliga a dar. Ama, pues, y recibirás el Reino. Ama, y lo poseerás... Ama, pues, a Dios más que a ti mismo, y empiezas ya a tener lo que quieres poseer en el cielo.




Los motivos por los cuales ponemos el EVANGELIO aquí son:

1.- Para que recuerdes que Dios te espera el domingo en misa.

2.- Para la gente que no puede ir a misa por enfermedad o causas de fuerza mayor.

3- Si lees el EVANGELIO cuando vayas a misa lo entenderás mejor, pues ya lo habrás leído por segunda ocasión.

4.- Si vas a misa y después lees el EVANGELIO aquí, recordaras lo que dijo el Padre.

5.- POR NINGUN MOTIVO ESTAS EXCENTO DE IR A MISA, SOLO POR CAUSAS DE FUERZA MAYOR O ENFERMEDAD FUERTE.
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domingo, 25 de octubre de 2009

EVANGELIO domingo 25 Octubre 2009

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Trigésimo Domingo del Tiempo Ordinario



San Rubén Jesús Lopez Águilar , San Antonio de Santa Ana Galvao , Santos Crispin y Crispiniano, Beato Carlo Gnocchi



Leer el comentario del Evangelio por San Gregorio de Nisa : « Y al momento recobró la vista y seguía a Jesús por el camino»



Lecturas



Jeremías 31,7-9. Porque así habla el Señor: ¡Griten jubilosos por Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse oír, alaben y digan: "¡El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!". Yo los hago venir del país del Norte y los reúno desde los extremos de la tierra; hay entre ellos ciegos y lisiados, mujeres embarazadas y parturientas: ¡es una gran asamblea la que vuelve aquí! Habían partido llorando, pero yo los traigo llenos de consuelo; los conduciré a los torrentes de agua por un camino llano, donde ellos no tropezarán. Porque yo soy un padre para Israel y Efraím es mi primogénito.



Salmo 126(125),1-3.4-5.6. Canto de peregrinación. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos: nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. Hasta los mismos paganos decían: "¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!". ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría! ¡Cambia, Señor, nuestra suerte como los torrentes del Négueb! Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones. El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas.



Hebreos 5,1-6. Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados. El puede mostrarse indulgente con los que pecan por ignorancia y con los descarriados, porque él mismo está sujeto a la debilidad humana. Por eso debe ofrecer sacrificios, no solamente por los pecados del pueblo, sino también por los propios pecados. Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón. Por eso, Cristo no se atribuyó a sí mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.



Marcos 10,46-52. Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!". Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!". Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron: "¡Animo, levántate! El te llama". Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". El le respondió: "Maestro, que yo pueda ver". Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.



Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por



San Gregorio de Nisa (hacia 335-395), monje y obispo La vida de Moisés, II, 231-233, 251-253



« Y al momento recobró la vista y seguía a Jesús por el camino»



[Sobre el monte Sinaí, Moisés dijo al Señor: «Déjame ver, por favor, tu gloria.» Y Dios le contestó: «Yo haré pasar ante tu vista toda mi belleza... pero no puedes ver mi rostro.» (Ex 33,18s).] Experimentar este deseo me parece propio de un alma animada por un amor grande hacia la belleza esencial, un alma en la que la esperanza no cesa de dirigir desde la belleza que ha visto hasta la que está más allá... Este petición audaz, que sobrepasa los límites del deseo, no es la de gozar de la Belleza a través de espejos o de unos reflejos, sino cara a cara. La voz divina concede lo que se pide por el mismo hecho de que el alma rechaza otros medios...: la munificencia de Dios le concede el cumplimento de su deseo; pero, al mismo tiempo no le promete el descanso ni la saciedad... En esto consiste la verdadera visión de Dios: en el hecho de que el que levanta hacia él los ojos, no deja jamás de desearle. Por eso él dice: «No podrás ver mi rostro»...El Señor que así había respondido a Moisés, se expresa de la misma manera a sus discípulos, iluminando así el sentido de este símbolo. Dice: «El que quiera seguirme» (Lc 9,23) y no: «Si alguno me quiere preceder». Al que le dirige un ruego relacionado con la vida eterna, le propone lo mismo: «Ven y sígueme» (Lc 18,22). Ahora bien, el que sigue se dirge hacia la espalda del que le conduce. Así pues, la enseñanza que recibe Moisés sobre la manera según la cual es posible ver a Dios, es ésta: seguir a Dios donde Él conduce, esto es ver a Dios... En efecto, al que ignora el camino por donde viajar con seguridad, no le es posible llevarlo a buen término si no sigue al guía. El guía le enseña el camino pasándole delante; el que le sigue no se alejará del buen camino si siempre fija su mirada en la espalda del que lo conduce. En efecto, si se deja ir por algún lado o bien si se pone frente a su guía, seguirá otro camino que no es el que le enseña el guía. Por eso Dios dice al que conduce: «No verás mi rostro», es decir: «No te pongas frente a tu guía». Porque entonces correrás en sentido contrario a él... Ahora ves cuán importante es aprender a seguir a Dios. Para el que así le sigue ya ninguna contradicción del mal se opone más a su camino.




Los motivos por los cuales ponemos el EVANGELIO aquí son:

1.- Para que recuerdes que Dios te espera el domingo en misa.

2.- Para la gente que no puede ir a misa por enfermedad o causas de fuerza mayor.

3- Si lees el EVANGELIO cuando vayas a misa lo entenderás mejor, pues ya lo habrás leído por segunda ocasión.

4.- Si vas a misa y después lees el EVANGELIO aquí, recordaras lo que dijo el Padre.

5.- POR NINGUN MOTIVO ESTAS EXCENTO DE IR A MISA, SOLO POR CAUSAS DE FUERZA MAYOR O ENFERMEDAD FUERTE.

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